viernes, 28 de enero de 2011

UNA IGLESIA EXITOSA

UNA IGLESIA EXITOSA

HECHOS 2:41-42 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.
Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.



Hubo una época hermanos, cuando no conocíamos al señor, y hubo un momento cuando oímos de el, sea que fuésemos niños o adultos, hubo un momento en nuestras vidas cuando oímos de Dios y le aceptamos, y le recibimos en nuestros corazones.
¡Que momento más hermoso¡ porque el espíritu de Dios entro en nosotros y fuimos hechos salvos.

Fue el momento cuando le pedimos a dios que nos perdonara, cuando le dijimos que lo aceptábamos, cuando creímos en el, y todos llenos de emoción nos comprometimos con el y le dijimos: “! Señor yo te quiero servir ¡”

Fuimos tierra y el Señor echo su semilla para que la recibiéramos, y lo hicimos y creímos, pero el Señor sigue echando su semilla para que la recibamos y crezcamos, pero la pregunta es ¿Como recibimos esa semilla? Leamos pues Lucas 8:5-8

(Parábola del sembrador) Lc 8:5-8
5.El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron.
6. Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad.
7. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron.
8. Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga

¿Qué tipo de tierra somos al recibir la semilla?
Dice la palabra al explicar Jesús la parábola a sus discípulos que los de junto al camino son los que oyen y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra; déjenme contarles lo triste que es ver esto, porque ya me sucedió que al compartir la palabra con una persona, ella dijo estar segura y le pidió perdón a Dios y se comprometió con el, pero pasó un día y hasta me dejo de hablar, quiere decir que el diablo vino y le quito la palabra, porque no tenia un corazón firme.
También dice la Biblia que los de la piedra son los que oyen y con gozo reciben pero como no tienen raíces crecen por un tiempo, pero en el tiempo de la prueba se apartan, y cuantos de nosotros nos sentimos felices por ser hijos de Dios y cantamos y decimos amen con tanto entusiasmo, pero apenas sucede algo que no nos gusta o incomoda y entonces nos damos la vuelta, decimos que nos sentimos decepcionados y a veces ya ni nos queremos hablar, entonces pregunto ¿Hay raíces verdaderas? O solo ¿creemos mientras nos conviene?
Pero también existen los espinos, que oyen y se van y se ahogan con sus riquezas y los placeres de la vida y no llevan fruto. Les contaré algo que sucedió en mi trabajo: Resulta que conmigo trabajaba un profesor que se decía ser Cristiano y dijo haber recibido a Cristo mientras estuvo en prisión en Texas, decía que había estudiado teología y siendo pentecostés que había debatido con muchos teólogos bautistas y presbiterianos y que el les había hecho ver el error de estas doctrinas, a diario llevaba al trabajo un libro en ingles sobre la teología de Pablo, pero, pues el hombre, cada que salíamos de trabajar se escabullía y se ocultaba entre las calles para sacar su buen cigarro de marihuana y bueno pues paso el tiempo y resultó que en el grupo que estaba a su cargo el no daba clases de inglés sino que les daba clase de teología en inglés presumiendo que predicaba el evangelio ¿Qué buen testimonio no? Pero no quedo ahí, sino que una alumna se quejo de él porque no le enseñaba nada del curso y esta alumna declaro que el profesor los invito a todos a una fiesta en su casa y trato de conquistar a otra de las alumnas, claro mientras todos bebían cerveza y bailaban el predicaba a Cristo obvio lo corrieron, pero entonces este profesor escucho, recibió el mensaje de cristo y luego se dejo llevar por las cosas del mundo y no solo eso sino que uso a Cristo para lograr sus fines.
Recibió la semilla, se fue y se ahogo en lo que el consideró sus riquezas y no dio fruto.

Estos son ejemplos que a lo mejor dirán que son extremistas, sin embargo hermanos no es necesario ir de fiesta o drogarse para decir que nos dejamos llevar por el mundo, porque a veces las cosas sutiles son mas mundanas de lo que parecen; por ejemplo la ira sin control y la rebeldía son cosas que enseña el mundo y a veces no le damos la importancia que en realidad tienen, a veces decimos sobre nuestro carácter rebelde que asi somos y hasta decimos:”Pues así me hizo Dios” y justificamos así nuestra rebeldía.
Esto pasa cuando no hemos recibido la semilla, que es la palabra, de forma correcta y nos la pasamos justificándonos por todo, “finalmente todo me es perdonado si me arrepiento” – decimos – Pero una actitud así solo demuestra la falta de crecimiento y la necedad que hay en nuestro corazón, necedad que no permite a Dios obrar en nuestras vidas y entonces nos preguntamos ¿Por qué no recibimos bendición?

Hermanos debemos recibir la palabra con corazón bueno y recto tal como lo dice Lucas 8:15 Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.
Debemos entonces tener un corazón bueno y recto. Entendamos por corazón la mente, pues es la mente donde se produce el pensamiento, sea bueno o malo, es la mente donde comienza el anhelo puro o corrupto, es en la mente donde se libra la batalla contra al tentación; así que debemos tener entonces una mente buena y recta, también podemos decir una mente buena y que procura la justicia, pues la rectitud es justicia. Esta es la mente que debemos tener al recibir el mensaje de Dios para que podamos retenerlo, y no hablo del momento de la conversión sino de cada vez que escuchemos un mensaje que provenga de Dios, una predicación, al leer la Biblia, cuando un hermano nos exhorta o nos disciplina ahí estamos recibiendo el mensaje de Dios y nuestra mente debe permanecer en lo bueno y buscando la justicia.
Con esa mente debemos recibir el mensaje y retenerlo; retener significa guardar, así que guardemos la palabra así como el cuerpo retiene los nutrientes para crecer, así retengamos el mensaje para el crecimiento de nuestro espíritu y entonces poder dar fruto.

Entonces hermanos tengamos siempre nuestra mente con actitud buena y justa delante de Dios para que cuando el nos hable su palabra quede guardada y podamos dar fruto para su gloria, haciendo esto podremos decir de verdad que somos cristianos y seremos buenos miembros de la iglesia de Cristo.
Dice el versículo en Hechos 2:41 que los que recibieron la palabra (y ya vimos como la recibieron, con corazón bueno y recto) se bautizaron o podemos decir que obedecieron al mandato del Señor y se añadieron a la iglesia y eran como ¡3 mil personas! Y el versículo 42 dice que estas 3 mil personas PERSEVERABAN en la doctrina de los apóstoles.
¿Y que significa perseverar? El diccionario lo define como mantenerse constante en un propósito, y la Biblia dice que la perseverancia es persistir, un continuo hacer; poniendo estas dos definiciones juntas podríamos decir que perseverar es persistir en llevar a cabo un propósito. Parafraseando el versículo 42 la parte a diríamos: “Y persistían en llevar a cabo la doctrina de los apóstoles”
Hermanos, ¡llevamos a cabo la doctrina con perseverancia? ¿Persistimos en hacer lo que es agradable a Dios? ¿Permitimos con constancia que Dios nos guíe? Para ser capaces de lograr todo esto se requiere de algo muy importante: DISCIPLINA, orden en nuestro hacer, orden en nuestro pensamiento, orden en nuestras actividades. Necesitamos tener orden en todo lo que hagamos, es imperativo desechar la pereza, y la rebeldía y hacer lo que se debe hacer conforme Dios nos lo pida, esto es disciplina, sin ella jamás lograremos nada y solo conseguiremos permanecer en mediocridad.

Cuando pertenecí a la marina entendí lo que es disciplina; es enfocarse en un objetivo y llevar a cabo tareas para lograrlo siempre con un orden y sin desviarse de la meta ni renunciar bajo ninguna circunstancia.
Me levantaba a las 5:00 AM, tenia 15 minutos para bañarme y vestirme después 30 minutos para hacer el aseo de las barracas o dormitorios después 10 minutos para desayunar, otros 10 para digerir el desayuno y después 3 horas de instrucción militar, 1 hora de ejercicios libres, 10 minutos para comer, 20 minutos para descansar 2 horas de teoría sobre la ley militar en las cuales el sueño y el cansancio eran horribles, pero ay de aquel que se durmiera o siquiera cerrara los ojos, porque tenia que seguir tomando la clase parado después de haber hecho 10 lagartijas más. Y así cada actividad estaba regulada por tiempos, en orden y siempre con un objetivo claro: el convertirnos en soldados fuertes, aptos para defender o ayudar a nuestro país.

Ahora nosotros, hermanos, tenemos un objetivo y es un objetivo claro, ¿Cuál es? (congregación responde) Efesios 4:13/ Filipenses 3:14 - llegar a la estatura de la plenitud de Cristo, al premio del supremo llamamiento de Dios - Ese es nuestro objetivo, y para alcanzarlo debemos ser disciplinados en la doctrina, esto es que cuando escuchemos y aprendamos algo, o nos llamen la atención por algo, lo pongamos inmediatamente en práctica, organicemos nuestras vidas a fin de que cada cosa que hagamos sea agradable a Dios (efesios 5:10 comprobando lo que es agradable al Señor.) porque este versículo es claro al decir “comprobando” pues es una acción constante, no de un solo instante sino de todo tiempo, a cada minuto. – esto ya fue predicado alguna vez –

La disciplina debe ser constante no dejando cabida a que el enemigo ataque, porque por eso no somos firmes en Cristo, porque un día me arrepiento y me doy cuenta de que lo que hago no es agradable a Dios y comienzo a hacer lo bueno, pero 2 días después se me olvida o me da flojera de seguir haciendo lo bueno y vuelvo a caer y así se desarrolla mi vida, ¿Cómo puede ser esto posible? Si somos hijos del Rey del universo, del Rey del orden, del Creador de la disciplina, ¿como puedo llamarme a mi mismo hijo del creador de la disciplina y no soy disciplinado? A menos claro que ni siquiera me interese los asuntos de Dios y si es así entonces debemos primero creer verdaderamente en Dios y convertirnos en serio, y si ya hemos creído verdaderamente en el, dejemos de ser necios y disciplinémonos, perseveremos en la obediencia, en el amor (pero amor verdadero, no sensiblero, amor que exhorte y discipline, no que justifique actos) perseveremos en la lectura de la palabra, que es la enseñanza y la instrucción de Dios para llevar una vida de santidad en Cristo. Y también perseveremos en la oración, porque si nos olvidamos de orar un solo día ¿Como pues tendremos una verdadera relación con Dios?
Oremos por las necesidades espirituales y materiales de nuestros hermanos y busquemos siempre tener una actitud de servicio pero siempre pensando en lo bueno, y buscando la justicia. Pero por sobre todo perseveremos y disciplinémonos en hacer lo que es agradable a Dios.
Tengamos cuidado de no caer en pecado y cuidemos también de llevar la sana doctrina que hemos aprendido y seamos persistentes en esto, a quien no lo haga exhortémosle con amor para que se una a la disciplina, pues sin disciplina no se logrará nada.

La disciplina en Cristo debe comenzar con uno mismo, en la familia, y así se lleva a la iglesia; debemos enseñar y educar en y con disciplina porque ésta es la clave para que las cosas funcionen, para recibir bendición, para agradar a Dios y para que la iglesia crezca.


Si todos somos de mente buena y procuramos la justicia al recibir el mensaje de Dios, y una vez recibido perseveramos inmediatamente en el, entonces estaremos verdaderamente unidos y unidos en Cristo, dice el versículo 42 del 2do capítulo de Hechos: “ y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”

Hermanos, como iglesia debemos buscar esa comunión unos con otros, y ya he dicho que esto solo se logra con disciplina, con perseverancia, siendo constantes en la práctica de la doctrina.
Entendiendo que nada de lo que tenemos es nuestro sino de Dios y con fin de proveer a su iglesia. Dice la biblia en Hechos 2:44 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas. Así que hermanos si todos nosotros ya hemos creído en Cristo, entonces ¿Por qué nos dividimos? Pues porque no existe un verdadero sometimiento a su voluntad.
Dice la palabra: Efesios 5:21 someteos unos a otros en el temor de Dios o sea que primero debemos someternos a dios, esto es sujetarnos, dejarnos dominar por Dios, los primeros Cristianos entendieron eso y lo llevaban a cabo, por eso estaban todos juntos, por eso tenían todo en común (hechos 4:32)
Si todos nosotros nos dejamos dominar por Dios obviamente tendremos todo en común y entonces comprenderemos que cada uno tiene una función diferente y nos someteremos unos a otros siendo responsable cada quien de la tarea que le corresponda para edificación de la iglesia, y esto también requiere disciplina. Si habiendo creído nos sometemos a Dios veremos que todo lo que tenemos en realidad le pertenece a el, y al decir todo, me refiero no solo a lo material sino a nuestras habilidades, nuestro tiempo, nuestra salud, absolutamente TODO y es por esto que al pertenecer todo a dios , también todo nos es común, pues somos sus hijos, pero si alguno dice en su corazón: “esto es mío” entonces no ha comprendido el propósito de Dios y mientras sigamos diciendo que algo es nuestro no creceremos como iglesia. Dice la biblia que aquellos hermanos vendían sus posesiones y se repartían los bienes conforme la necesidad de cada uno (hechos 2:45) y que el Señor añadía cada vez mas gente y por consiguiente la iglesia crecía.

Hermanos si queremos llegar a estar en comunión unos con otros y gozarnos en las bendiciones del Señor, debemos primeramente entender que nada nos pertenece y dejar que sea Dios quien domine nuestras vidas y después de habernos sometido a el, someternos unos a otros comprendiendo, respetando y siguiendo el orden establecido por Dios en disciplina (efesios 4:11) para su iglesia. Hacer esto nos mantendrá en comunión, y no solo eso sino que esto nos perfecciona para la obra del ministerio y para nuestra edificación como iglesia (efesios 4:12)
Porque la obra que nos encomendó Cristo es la de anunciar el evangelio y enseñar todo lo que el nos ha mandado (mateo 28:20) pero que bonito testimonio daremos si ni nosotros mismos somos capaces de someternos a Dios para unificarnos en el.

Lo que sucedió en aquel entonces debió ser sorprendente e impactante en el mundo de aquella época, porque esos hermanos que entendieron el evangelio y lo pusieron en práctica, permanecían unidos y alegres siendo mas de 3 mil y ¿saben que? El Señor añadía cada vez mas personas, así lo dice en hechos 2:47b, era el mismo Dios quien hacía todo, ellos solo se sometían con disciplina unos a otros en el temor de Dios y perseveraban en esto, así que para estar en comunión debemos someternos en el temor de Dios unos a otros.

Concluyendo hermanos, los exhorto a que:
Seamos una iglesia que de Honor y gloria a Dios primeramente, teniendo una mente buena y que procure la justicia para RECIBIR siempre el mensaje de Dios.
Seamos una iglesia que PERSEVERE en la disciplina, en la oración y el orden para que cada miembro funcione correctamente de acuerdo al propósito de Dios.
¡Seamos una iglesia que se someta a su Dios! Para que podamos someternos unos a otros y estar siempre en COMUNION en todas las cosas.

-- Levantémonos y cerremos nuestros ojos, oremos y pidámosle perdón a Dios por no haber sido hasta ahorita esa iglesia que el quiere, pidámosle que ponga en nuestros corazones la bondad y la justicia, que nos enseñe en caminos de disciplina y que no nos permita desfallecer sino perseverar para que de verdad nos sometamos unos a otros y quienes no se hayan levantado, pidamos también para que Dios hable a su corazón y los exhorte a seguirlo en verdad, pues aceptamos que sin Dios no somos nada --


Seamos una iglesia exitosa que tome y demuestre la victoria que Cristo ya gano.

SEAMOS UNA IGLESIA QUE SEA DIGNA DE SER LLAMADA CUERPO DE CRISTO.






Hno. Oscar Estrada Sánchez

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